El cohousing consiste en un modelo de vivienda comunitaria basada en el concepto de consumo colaborativo.
Se trata de una fórmula que busca un acceso a la vivienda no especulativo, en la que todos los miembros son socios de una cooperativa, que es propietaria de las viviendas y que cede a los socios el derecho de uso.
Los cooperativistas comparten servicios y recursos comunes, pero cada uno dispone de su residencia privada, aunque la titularidad es de la cooperativa. Cada uno paga unas cuotas proporcionales según el espacio que ocupa.
Se persiguen varios objetivos:
- Económico. Se reducen los gastos, al ser éstos compartidos. Tanto los costes de la adquisición del inmueble, como los gastos de electricidad, agua, gas, limpieza, y los distintos servicios comunes. Incluso se comparten los gastos de comunicación, creando redes de internet comunes.
- Social. Cada uno aporta a la comunidad, y los servicios son utilizados por todos. Se busca la conciliación de la vida familiar y profesional.
- Sostenibilidad. Se logra reducir el consumo energético, al compartir los servicios, haciendo que sea más sostenible.
Esta fórmula, se basa en la suma de los esfuerzos individuales en pos del beneficio del conjunto. Tiene su origen en los países Nórdicos, en los años 60, en los años 80 comenzó también a emplearse en los Estados Unidos, y desde hace algunos años ha comenzado a utilizarse en España, principalmente en viviendas para mayores como alternativa a las residencias.